Además de por su calidad con actor, Tom Cruise también se ha ganado fama en Hollywood por sus incontables manías. El protagonista de ‘Top Gun’ y ‘Misión: Imposible’, entre otras muchas, ha ido dejando un buen número de anécdotas durante sus cerca de 30 años de carrera, aunque quizás una de las más llamativas fue la que protagonizó en 2003 con motivo del rodaje de ‘El Último Samurai’ en Nueva Zelanda. Y es que según se contó por entonces, el de Siracusa impuso una cláusula en su millonario contrato que obligó a todo el personal y equipo que participó en la producción de la cinta a no mirarle directamente a los ojos. Se desconocen los motivos que argumentó para hacer esta petición, aunque por fortuna esta norma no se la impuso a los otros actores que participaron en la cinta.