La abreviatura SPF (Sun Protector Factor) en el empaque de los protectores solares se traduce como Factor de Protección Solar. Estas siglas se suelen acompañar de un número, que muestra la eficacia con la que el producto protege la piel de los efectos negativos de la radiación UVB, conocido como valor SPF.
El valor SPF indica cuántas veces es superior el producto de protección, a la dosis de radiación solar que provoca enrojecimiento de la piel. Este valor va desde protección baja, que son los factores 15 y 30; hasta protección solar alta que se indica con los valores 50 y 100.
Esto quiere decir que, si un producto es SPF 50, posee una protección solar elevada, que es capaz de filtrar los rayos UVB, que son los más fuertes y pueden ser causantes de quemaduras y lesiones en la piel.
Para las personas con fotosensibilidad aumentada (tendencia al enrojecimiento e irritación por el sol), el valor SPF es de gran importancia, ya que ayuda a prevenir las lesiones de piel ocasionadas por la exposición al Sol. Al igual que para las personas con antecedentes familiares de predisposición a ciertos tumores malignos de la piel, ya que se encuentran en una zona de riesgo.
Los protectores solares con un valor SPF 15 o 30 tienen la capacidad de bloquear en gran medida los rayos UVA, que son menos potentes que los UVB, pero que causan daños a largo plazo en la piel, por lo que son considerados como los responsables de la aparición de envejecimiento prematuro de la piel.
Así que al usar constantemente bloqueador solar con protección SPF 30, se puede ayudar a mantener la elasticidad e hidratación natural de la piel por más tiempo.
Como se mencionó previamente, un bloqueador solar con protección SPF 50 es capaz de proteger ante los peligrosos rayos UVB. A pesar de que éstos representan solo el 5% de todos los rayos ultravioleta que llegan a la superficie de la tierra (la mayoría de ellos están bloqueados por nubes y vidrios), esto es suficiente para causar un daño significativo en la piel.
Los rayos UVB no penetran profundamente en la piel, sin embargo, pueden causar quemaduras solares y también desencadenar daños en las células, llegando a provocar incluso la aparición de cáncer.
SPF 50 se considera una protección muy alta y bloquea casi el 100% de los rayos UVB, por lo que muchos lo consideran excesivo. Sin embargo, los productos con SPF 50 y superior son los más efectivos contra la fotodermatosis (alergia al sol) y protegen la piel de las manchas de la edad.
Las cremas con SPF 50 también reducen el riesgo de desarrollar neoplasias malignas (incluido el melanoma). Para las personas de piel, cabello y ojos claros y con alta fotosensibilidad, se recomiendan especialmente los protectores solares con un SPF de al menos 50.
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