A más dolor, menos años de vida.
Así lo revela un estudio elaborado por científicos de la Universidad de California (EE.UU), según el cual existe un vínculo en los mamíferos entre el dolor experimentado y los años de vida.
Con anterioridad ya se había intuido que el sufrimiento físico está íntimamente relacionado con los años de vida, ya que las personas con dolor crónico suelen tener una esperanza de vida menor que las que no padecen ninguna sensibilidad de este tipo.
Ahora, con este trabajo realizado con ratones, se ha descubierto que los animales sin receptores sensoriales vivían un 12% más que los que sí los tenían; incrementándose en un 16% en el caso de las hembras.
Además, los roedores que no padecían dolor demostraron metabolizar mejor el oxígeno y presentaron más células pancreáticas, encargadas de producir insulina, por lo que no presentaban diabetes.
Sin embargo, tras este descubrimiento ahora los científicos tendrán que intentar encontrar la forma de encajar todas las piezas, pues la ausencia de dolor tampoco es totalmente positiva.
Y es que esta sensación es una señal de alerta ante las agresiones externas, por lo que prescindir totalmente de él en el futuro podría provocar que el ser humano perdiera este mecanismo de ‘aviso’ ancestral tan útil para prevenirle en situaciones de riesgo para su vida.
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