En estos momentos de gran estrés y tensión. Es muy importante intentar mantener la calma. Recordemos que un ataque de pánico es una condición potencialmente peligrosa que se encuentra con más frecuencia de lo que parece. En tal situación, es importante saber cómo ayudarse a sí mismo. Después de todo, la «calma» habitual no siempre funciona.
¿Qué sucede durante un ataque de pánico?
Las experiencias emocionales vívidas que resultan en un ataque de pánico son la reacción del cuerpo al estrés severo. Así que el cuerpo trata de ayudar a la mente a hacer frente a los sentimientos que surgen. Hay muchos requisitos previos para tal condición: puede ser tanto estrés postraumático como trauma psicológico. Cualquiera que sea la razón, el fenómeno en sí mismo es muy desorientador e inquietante.
Como regla general, un ataque de pánico se manifiesta como un ataque de ansiedad y miedo incontrolados, el cual se acompaña de síntomas desagradables:
- Cardiopalmo.
- Falta de aire.
- Pérdida de contacto con la realidad.
- Escalofríos por todo el cuerpo, entre otros.
El hecho es que durante un ataque de pánico, se liberan hormonas del estrés (adrenalina, norepinefrina, cortisol) que provocan dichos cambios. El cuerpo entra en modo de lucha, huida o estupor. En general, estas condiciones no pueden llamarse dañinas o peligrosas para la salud.
Aunque esta es una reacción defensiva natural que se desarrolla en nuestro cuerpo cuando se tiene una sensación de peligro, si su aparición es frecuente y sin una amenaza real, se debe hacer algo al respecto.
¿Qué pasos debes seguir en un ataque de pánico?
Si tienes un ataque de pánico, es muy importante “conectarte a tierra”, es decir, sentirte conectado con la realidad. Para hacer esto, puede, por ejemplo, sentarse o acostarse en el piso, agarrar algo, abrazarse con los brazos. Necesita sentir su cuerpo en relación con el suelo u otra superficie confiable.
Si tiene un ataque de pánico:
No intentes combatirlo.
Quédese donde está si es posible (si es seguro).
Trate de respirar lenta y profundamente.
Recuerda que tarde o temprano el pánico se detendrá.
Trate de enfocarse en pensamientos positivos, no importa cuán trillado pueda sonar, piense en lo bueno.
Por último, es importante que tenga presente que esta condición realmente no pone en peligro tu vida.