Todo el mundo que ya tenga más de 10 ó 11 años sabe lo que es pasar por la caída de los dientes de leche y la posterior visita del ‘Ratoncito Pérez’.
Éste es un proceso totalmente normal que puede iniciarse a los 5 años y prolongarse en algunos casos hasta la pubertad (12 ó 13 años). En el mismo los dientes llamados ‘de leche’ se caen para dar paso a los definitivos, es decir, a la dentadura que tendrá la persona durante el resto de su vida.
La utilidad de estos dientes provisionales es variada, pues reservan el espacio de las encías para los dientes que vendrán después, permiten que el niño se acostumbre a tenerlos, les facilitan el aprendizaje del habla y una buena nutrición y ayudan a tener una buena salud bucal.
Pero, ¿dónde ‘guarda’ el niño los dientes que tendrá en su fase adulta? Puede comprobarlo en la curiosa imagen que acompaña a estas líneas: