Sí. Y es que el hábito de fumar, mantenido durante mucho tiempo, tiene como consecuencia diaria el adelgazamiento de la corteza orbitofrontal, tal y como señala un estudio europeo publicado en la revista ‘Biological Psychiatry’.
Además, curiosamente esta zona del cerebro es la encargada de controlar los impulsos y la toma de decisiones, de forma que fumar favorece que los individuos no puedan controlar su adicción y recurran al tabaco más fácilmente.