Entre los hombres circuncisos el frenillo tiende a ser la parte más sensible de su pene y el glande la mayor fuente de placer.
No tiene por qué. Y es que cada caso es distinto, como señala Ignacio Martínez Salamanca, urólogo del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. «Es algo que depende de cada paciente, si tenía una fimosis importante y su glande nunca quedaba expuesto pueden cambiar las sensaciones, pero no en otras situaciones, ya que la fimosis quita mucosa y algunos pacientes refieren que sienten menos» señala.
Es una opinión que no difiere mucho de la de Miguel Ángel Cueto, secretario general de la Federación Española de Sociedades de Sexología, quien agrega que «entre los hombres circuncisos el frenillo tiende a ser la parte más sensible de su pene y el glande la mayor fuente de placer».
Por lo tanto, se podría concluir que no hay una respuesta clara a la cuestión, pues cada hombre es diferente y obtiene el placer de unas vías diferentes.
No en vano, el presidente de la Asociación Venezolana para la Salud Sexual, Carlos Cotiz, destaca que «no he observado cambios en la sensibilidad del pene entre pacientes circuncidados y no circundidados.
De hecho, muchos pacientes que presentaban de eyaculación precoz no han solucionado su problema tras ser operados».
Esto hace que la circuncisión sea una opción a valorar en determinadas situaciones, como problemas de fimosis o incluso riesgo de contagio sexual, pues la circuncisión se ha revelado como una buena forma de prevención natural para evitar contraer enfermedades como el SIDA, la gonorrea o la sífilis.