Sí. Así lo indica un trabajo realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
En él, analizaron los datos obtenidos de 9.875 daneses y danesas de entre 36 y 52 años tras interrogarles sobre sus relaciones sociales en la vida cotidiana, especialmente sobre los motivos de sus preocupaciones y conflictos.
La toma de datos se realizó durante 10 años, tiempo en el que fallecieron 226 hombres y 196 mujeres participantes.
Tras analizar aspectos como el género, el estado civil, los estados emocionales y la clase social de las personas fallecidas, los investigadores encontraron que las preocupaciones habituales con parejas o hijos estaban vinculadas a entre un 50 y 100% de mayor riesgo de muerte.
De hecho, las discusiones o conflictos frecuentes con las personas cercanas como familiales o amigos duplicaban e incluso triplicaban las posibilidades de muerte por cualquier causa.
«La habilidad en la gestión del estrés en torno a las relaciones sociales y el manejo de los conflictos familiales pueden ser importantes para ayudar a frenar las muertes prematuras asociadas al estrés» señala al respecto Rikke Lund, principal autor de este trabajo.