No hay una respuesta médica respaldada que indique cuánto tiempo puede permanecer una persona despierta sin morir, ya que no se han logrado hacer las pruebas hasta el punto de la muerte. Sin embargo, como regla general, de 3 a 5 días de privación completa del sueño causan trastornos fisiológicos y mentales graves que pueden conducir a la muerte.
Se cree que una persona sana no puede pasar más de 7 u 8 días sin dormir. Sin embargo, hay casos de vigilia más prolongada. El colegial estadounidense Randy Gardner, en 1964 estuvo sin dormir un tiempo récord, donde permaneció por más de 264 horas sin dormir (más de 11 días).
Según algunos informes, el logro de Gardner desde entonces ha sido superado repetidamente por otras personas, pero su insomnio a largo plazo no se ha descrito adecuadamente.
Récord Guinness
Como se explicó previamente, el récord lo tienen Randy Gardner, quien tenía 17 años al momento de realizar tal hazaña en 1946, donde permaneció despierto durante 264 horas.
La Comisión del Libro de los Récords Guinness dejó de registrar tales logros, aunque se dice que hay casos en que los personas no durmieron durante 449 horas, pero no se realizaron las corroboraciones necesarias.
El maratón de 11 días de Gardner es único registrado, porque se llevó a cabo bajo la estricta supervisión de médicos y científicos, lo que permitió a la comunidad científica comprender lo que le estaba sucediendo.
¿Cómo fueron esos 11 días para Gardner?
Al tercer día sin dormir, Gardner comenzó a tener problemas y perdió la coordinación. Asimismo, sus sentidos empezaron a sufrir las consecuencias de la privación del sueño, entre ellas la pérdida del olfato.
Cinco días después, comenzó a alucinar y su cerebro entró en un estado de somnolencia. Durante el experimento, el joven parecía estar consciente, pero varias partes de su cerebro se apagaban de vez en cuando. Esto es lo que llevó a los científicos a pensar que tales condiciones no representan un peligro mortal para los humanos.
Estudios científicos sobre el insomnio prolongado
Curiosamente, las pruebas realizadas con Gardner contradicen los experimentos que se han realizado en animales. En 1898, dos fisiólogos italianos mantuvieron despiertos a dos perros paseándolos constantemente durante varias semanas, hasta que lamentablemente murieron.
En las pruebas de dichos estudios concluyeron que los animales sufren daños en los nervios del cerebro y en la médula espinal. Para corroborar el estudio realizaron otras pruebas en ratas y sucedió lo mismo.
Pero por alguna razón, las personas pueden recurrir a trucos neurológicos apagando partes del cerebro para mantener una especie de vigilia. Nuestra capacidad para sumergirnos en ese ‘microsueño’ puede habernos ayudado a mantenernos vivos en el pasado, al aumentar nuestra resistencia y permitirnos permanecer en movimiento durante largos períodos de tiempo.
Aun así, la falta de sueño es mala. En primer lugar, aumenta drásticamente el riesgo de lesiones o accidentes. Se ha demostrado que el insomnio a largo plazo aumenta significativamente el riesgo de un accidente automovilístico.
En segundo lugar, la privación crónica del sueño conduce a problemas de salud, como un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.
