Aunque pueda parecer sorprendente, la piel también es un órgano. Y como tal, se trata del más grande del cuerpo humano.
En las personas adultas puede llegar a ocupar dos metros cuadrados y a pesar cinco kilogramos, además de tener más de 17 metros de vasos sanguíneos.
Su importancia es vital, pues protege al cuerpo de los agentes externos, regula su temperatura y permite disfrutar del sentido del tacto.