Pregunta formulada por: Lorena Marín Díaz (Badajoz) A lo largo de la historia, la lepra ha sido una enfermedad infecciosa muy temida por ser incurable, mutilante y altamente contagiosa.
Existen evidencias de su existencia desde hace cerca de 4.000 años, por lo que durante muchos siglos fue estigmatizante para las personas que la padecían.
De hecho, todavía en 1909 en España se decretó la «exclusión sistemática de los leprosos» y su «reagrupamiento» en leproserías por demanda de la Sociedad de Patologías Exóticas.
Pero lo cierto es que a lo largo del último siglo su presencia se ha ido reduciendo, por lo que se calcula que afecta a unas 200.000 nuevas personas cada año en todo el mundo.
Hoy en día es un gran misterio por qué la lepra pasó a un segundo plano en el s.XVI después de haber sido una de las enfermedades más peligrosas de la Europa medieval.
Un grupo de biólogos y arqueólogos se ha dedicado a estudiar este asunto y ha reconstruido genomas de las cepas antiguas existentes de este patógeno.
La conclusión a la que han llegado es que la enfermedad no ha cambiado en prácticamente nada, lo que hace pensar que ha sido la propia selección natural la que ha permitido que las personas más resistentes hayan sobrevivido a lo largo de los siglos y, por lo tanto, se haya evitado el contagio masivo que se producía en otras épocas.