En el campo de la sexualidad, existen patrones de comportamiento que van en contra de las prácticas habituales, mejor conocidas como parafilias.
El exhibicionismo es una de las más comunes, la cual consiste en encontrar placer sexual a través de una tendencia compulsiva a mostrar los genitales en público, especialmente a personas del sexo opuesto y desconocidas.
Esta actitud genera placer en la persona exhibicionista, que generalmente continúa su acto con la masturbación; aunque pocas veces se registran casos de violaciones.
El exhibicionismo es una actividad penada por la Ley, la cual se conoce como un “delito contra la libertad sexual”, que puede ser castigado con hasta 1 año de prisión; pues usualmente el exhibicionista se aprovecha de los menores de edad y personas incapaces de acusarlos, para continuar con sus actos obscenos.
Usualmente los exhibicionistas no buscan ayuda profesional para lidiar con su situación, a menos que ya hayan incurrido en faltas que les acarreen problemas con la ley.
¿Cómo identificar el padecimiento de esta parafilia?
Los eventos aislados que incluyan tendencia a exhibirse en público no necesariamente son signos de exhibicionismo. Pero cuando la tendencia se convierte en compulsiva y persiste por más de 6 meses, se puede decir que se trata de un caso confirmado de esta parafilia. (Ativan)
Las personas que padecen de exhibicionismo suelen tener rasgos que los identifican y que afectan su desenvolvimiento normal en la sociedad. Éstos suelen padecer de una gran aflicción y tienen problemas para relacionarse con las personas que están a su alrededor, incluyendo su propio grupo familiar.
Estadísticamente, muchos de los casos registrados de exhibicionismo han sido resultado de matrimonios conflictivos; y especialmente estos delitos son cometidos por hombres, en contra de mujeres y niños.
Esta situación puede ser mejorada mediante la ayuda de un profesional especializado, que realice un seguimiento del caso y aplique las psicoterapias necesarias, así como los fármacos adecuados para ayudar a controlar la depresión y el impulso sexual.