Cuando se compulsa un documento se está aportando validez a la fotocopia de un escrito original.
Para realizar este trámite se revisan ambos documentos, tanto el original como la fotocopia, para verificar que no ha habido ninguna manipulación. En el caso de que, efectivamente, no haya ningún problema, la fotocopia se sella o se le aporta otro distintivo que es el que acredita su validez.
El lugar al que se tendrá que acudir para realizar este trámite dependerá del ámbito al que se refiera la propia información del escrito:
– En el caso de que se trate de trámites de las administraciones públicas, todas las oficinas de registro están obligadas a realizar el procedimiento devolviendo, de forma inmediata, los originales. Basta con presentarse en la oficina correspondiente aportando ambos documentos.
El encargado las revisará comprobando que todo se encuentra en orden y, una vez sellada la copia, la adjuntará junto con la solicitud o el requerimiento del ciudadano.
– Cuando se trata de realizar un trámite ante una institución o entidad privada usted puede compulsar el documento a través de dos vías. Una opción es dirigirse al organismo del que proviene el escrito original y solicitar que este compulse las fotocopias. Uno de los ejemplos más comunes de este caso es la universidad cuando hay que compulsar el título o algún certificado de estudios.
Otra opción es presentar ambos documentos en la entidad que los necesite y que esta sea la encargada de compulsar teniendo el original presente.