Según elDerecho Canónico, elsigilo del confesor es inviolabley el sacerdote que revela algo que sabe por medio de la confesión incurre enpena de excomunión.
Esto se debe a que el derecho al secreto no es tanto del sacerdote como de quien se confiesa.
De hecho, si el sacerdote denuncia a un confesor y esa es la única prueba que se dispone, el juez no podría utilizarla para realizar una sentencia condenatoria.
Muchaslegislacionescomo la española prevén unadispensa por la que no podrán ser obligados a declarar los eclesiásticos sobre hechos que les hubieran revelado en confesión.