Los dos especímenes estaban unidos por el vientre, a pesar de lo cual tenían sus cabezas y aletas caudales bien definidas.
Hasta el pasado mes de enero no existía ningún caso de ballenas grises siamesas registrado por los científicos, pero un grupo de pescadores sorprendió a todo el mundo al descubrir dos de estos animales unidos por el cuerpo en las costas de Laguna Ojo de Liebre, en la ciudad de Guerrero Negro (México).
Los dos especímenes estaban unidos por el vientre, a pesar de lo cual tenían sus cabezas y aletas caudales bien definidas.
Sin embargo, se cree que pudieron no llegar a nacer y causar la muerte de su madre durante el parto, ya que los dos ballenatos estaban poco desarrollados y no llegaban a los 2 metros de longitud, cuando lo normal es que las crías sean el doble de grandes al nacer.
El acontecimiento ha supuesto una sorpresa para la comunidad científica, por lo que los dos ejemplares fueron examinados para conocer las causas de su muerte.
De todas formas, sí hay documentados otros casos de ballenas siamesas enanas, de aleta y de rorcuales norteños.