Pregunta formulada por: Blanca de las Heras Navarro (Ciudad Real)
En una pequeña jaula están un ratón saltamontes y un escorpión corteza, el más venenoso de todo Norteamérica. De pronto, el pequeño roedor se acerca tranquilamente al arácnido y empieza a devorarlo con paciencia y sin inmutarse ante los aguijonazos de su víctima. Pero, ¿cómo lo consigue? Esto es algo que los científicos se han preguntado y han intentado averiguar. Un equipo de trabajo liderado por Ashlee Rowe ha estudiado este fenómeno y ha averiguado que la toxina que tiene el veneno de este tipo de escorpión no afecta a estos ratones de igual manera que el resto.
Al parecer, la misma inhibe la respuesta al dolor de los roedores, de manera que en esta especie incluso consigue lo contrario y produce un efecto analgésico. Esto se debe a que estos animales consiguen bloquear uno de los dos canales de sodio del dolor que tienen los mamíferos, el NaV1.8; mientras que el otro, el NaV 1.7, ni siquiera se ve alterado. Así, estamos ante un caso en el que el hábitat ha provocado la adaptación de estos ratones saltamontes hasta lograr la ventaja evolutiva de poder competir con los temibles escorpiones siendo inmunes a sus temibles picaduras.