Desierto y ballenas son a priori conceptos bastante alejados.
Sin embargo, un increíble descubrimiento ha revelado numerosos fósiles de estos animales en uno de los lugares más calurosos del mundo, el desierto de Atacama (Chile).
En total, los restos de 40 ballenas rorcuales reposan desde hace cinco millones de años en el ya bautizado como ‘Cerro ballena’, en un árido lugar que desde 2011 estudian científicos de la Universidad Nacional de Chile y del Instituto Smithsonian de Washington (EE.UU).
Así, tras extraerlos y poder investigarlos en sus laboratorios han comprobado que los 40 cetáceos están en perfecto estado de conservación y que no presentan lesiones ni signos de depredación.
Además, junto a las ballenas también han encontrado esqueletos de especies desaparecidas como la ballena morsa y los perezosos acuáticos.
Según los investigadores estos animales debieron quedar enterrados en cuatro niveles diferentes, de forma que en realidad las ballenas vararon en cuatro épocas diferentes a lo largo de miles de años, por lo que poco a poco las capas de sedimentos las dejaron sepultadas.
Una de las causas de su muerte pudo ser la proliferación en el Mioceno de unas algas tóxicas que envenenaron a los animales marinos de los que se alimentaban estas ballenas.
Al comérselos se envenenaron también y murieron inmediatamente, por lo que las olas arrastraron sus cadáveres hasta la costa, la cual con el paso de los milenios acabó convirtiénodose en el desierto de Atacama.
De hecho, los científicos consideran este lugar como uno de los yacimientos de fósiles marinos más importantes del mundo, por lo que aún podrían quedar muchos restos enterrados en su misteriosa arena.