Según un informe publicado en diciembre de 2013 por la ONG alemana ‘Transparencia Internacional’ (TI), el país más corrupto del mundo es Somalia. Esta organización emplea el llamado ‘Índice de Percepción de la Corrupción’ (CPI), el cual mide en una escala de 0 (sumamente corrupto) a 100 (muy transparente) las actividades que se realizan dentro de cada país. Así, Somalia, Corea del Norte y Afganistán figuran con solo 8 puntos como las naciones con más corrupción en el mundo, mientras Dinamarca y Nueva Zelanda forman la otra cara de la moneda al ser las más transparentes con sus 91 puntos.
Por su parte, en el ránking de 2013 España bajó de los 65 a los 59 puntos, por lo que se colocó como el cuadragésimo país con menos corrupción. La suya fue la segunda mayor caída en este índice tras el experimentado por Siria, por lo que la nación ibérica se sitúa actualmente por debajo de otros países como Chipre y Portugal, aunque aún por encima de otros como Lituania y Eslovenia.
Según la citada ONG, esto se debe a que «en el último año en España se ha sucedido escándalo tras escándalo. La recientemente aprobada nueva ley de transpariencia española es ‘débil’ y carece de ‘claros castigos’ para los infractores». Por ello, los responsables de este organismo recomiendan a los gobiernos que «se detengan a quienes cometen actos de corrupción impunemente. Los vacíos legales y la falta de voluntad política facilitan la corrupción interna y transnacional».