En castellano se suele emplear la frase hecha de ‘Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita’ para expresar que los regalos no tiene por qué devolverse a la persona que los ha entregado.
Su origen está en una tradición que cuenta que en una ocasión una doncella pidió encontrar novio a Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles.
La mujer no tardó mucho tiempo en conocer a un hombre, pero al parecer la relación no duró demasiado y acabaron rompiendo.
El fracaso disgustó a la doncella, quien se plantó delante de la figura de la Santa y le dijo «Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita» para reprenderla por haberle concedido el deseo de forma tan efímera.
Así, esta frase pasó a la tradición popular y hoy en día es habitual escucharla en multitud de situaciones diferentes.
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