Es uno de los mejores futbolistas del mundo en su demarcación. Ágil, habilidoso y con una gran facilidad para regatear gracias a su veloz arrancada y a su depurada técnica.
Un auténtico crack que hace jugar al equipo y que controla a la perfección todas las facetas del juego. Domina tanto la pierna derecha como la pierna izquierda, y nunca, nunca, pierde el balón. Y eso que pesa tan solo 65 kilogramos y mide 1,74 metros.
En efecto, hablamos de Luka Modric. El mejor interior del mundo, el jugador perfecto, el futbolista que todo entrenador quiere en su equipo. Un genio en el campo y el mejor compañero. (idigtexas.com) El Bernabéu adora su magia. Es el pequeño gran virtuoso…