Uno de los inventos que usamos casi a diario y del que poco se habla sobre sus orígenes son las escaleras mecánicas. Este novedoso sistema que nos permite movilizarnos de un nivel a otro sin realizar un gran esfuerzo, es un invento del siglo XXI y ha sido posible gracias al ingenio de un joven de tan solo 16 años.
Se trata de Jesse W. Reno, un ingeniero nacido en Fort Leavenworth, Kansas en el año 1861, quien tuvo la grandiosa idea de diseñar una escalera inclinada móvil.
Aunque no tenía ningún tipo de estudios ni preparación en el área de la ingeniería, desde muy chico mostró sus grandes dotes de inventor, por lo que a sus 16 años empezó a crear los bocetos para darle forma a su innovadora idea.
Poco después empezó sus estudios de ingeniería en la Universidad Lehigh de Pennsylvania, dónde se graduó como ingeniero de minería en el año 1883, y poco espeso obtuvo un grado en metalurgia.
La primera escalera mecánica funcional de la historia
Ya con sus conocimientos adquiridos, Reno se dispuso a poner marcha la ejecución de su plan.
Y en el año 1891 construyó la primera escalera mecánica de la historia en Georgia (EE.UU.), la cual llamó como “Nuevo y práctico transportador/elevador sin fin”.
Cuatro años después, en 1895, Jesse W. Reno construyó un modelo de escalera mecánica con un 25% de inclinación, la cual fue instalada en Coney Island como un sistema de entretenimiento para los visitantes del barrio neoyorquino. Ésta fue todo un éxito, la cual estuvo disponible para el público por dos semanas, y se estima que fue utilizada por unas 75 mil personas.
Este éxito alcanzado por su creación lo motivó que querer instaurar un proyecto aun más grande y novedoso. Esta vez el inventor quería crear un sistema en doble sentido que se instalaría en el metro de New York; sin embargo, su propuesta fue rechazada.
Compañía Reno Electric Stairways and Conveyors
Debido a que su propuesta fue rechazada en Estados Unidos, Reno decidió mudarse a Londres, donde fundó la compañía Reno Electric Stairways and Conveyors. Por medio de esta compañía, Jesse Reno empezaría a instalar su invento en distintos países de Europa, e incluso en varias ciudades de Estados Unidos, llegando a alcanzar una increíble popularidad.
Pero tras todos sus éxitos, Reno quiso arriesgarse para crear un nuevo sistema. Esta vez sería una pasarela móvil en espiral, un invento sin precedentes. Sin embargo, su idea estaría condenada al fracaso, pues a pesar de haberla construido en el metro de Londres, nunca pudo ser utilizada por el público.
Esto afectó seriamente a la compañía de Jesse Reno, quien había invertido grandes sumas de dinero para ejecutar tan ambicioso proyecto. Esto lo obligó a vender un tercio de su compañía a la empresa ‘Waygood & Otis’, quienes posteriormente se quedarían con la patente de las escaleras mecánicas.
Tras sus fracasos, Reno regresó a los Estados Unidos, donde falleció en el año 1947. Sesenta años después, fue reconocido como uno de los inventores más importantes del siglo y en 2007 se incluyó en el Salón de la Fama de los Inventores.