Harold Shipman, también conocido como «el Doctor Muerte», terminó con la vida de 218 personas a lo largo de 27 años. Aunque nunca reconoció sus crímenes ni mostró arrepentimiento, este médico de familia asesinaba a sus pacientes -en su mayoría mujeres ancianas- tras ganarse su confianza.
Después, en su clínica les administraba una dosis letal de morfina y observaba su fallecimiento. Luego, falsificaba los informes y certificaba su defunción por causas naturales. En el año 2000 fue condenado a 15 cadenas perpetuas y el 13 de enero de 2004 apareció muerto en su celda de la prisión británica de Wakefield. Según parece, él mismo se ahorcó.