Luis XIII de Francia (1601-1643) se casó con Ana de Austria cuando ambos contaban con tan solo 14 años de edad.
Fue un matrimonio que le llegó muy pronto al joven monarca, pues se trataba de un pacto de conveniencia para emparentar a las casas reales de Francia y España.
Todo ello provocó que Luis XIII se casara siendo virgen y desconocedor de la materia sexual, por lo que su matrimonio con Ana de Austria tardó mucho tiempo en consumarse e incluso generó una cierta preocupación en la nueva reina.
Así, Ana se quejó a su hermano Felipe IV, rey de España, de que su esposo no cumplía con sus deberes conyugales. La protesta llegó hasta los oídos del Papa, del nuncio en París y del embajador de Venecia, quienes idearon un plan consistente en que Luis XIII presenciara a escondidas cómo una de sus hermanas practicaba sexo con su esposo.
Todo salió según lo previsto, de forma que el monarca supo lo que había que hacer para la ocasión y a partir de entonces se hizo acompañar en su lecho por Ana de Austria. Sin embargo, su primer hijo no llegaría hasta 15 años después de la boda de ambos.
Un descendiente que pasó a la historia como Luis XIV, más conocido como el ‘rey Sol’.