Felipe González, presidente de Gobierno español desde 1982 hasta 1996, ordenó a construcción de un búnker en la Moncloa, que se finalizó en 1991.
Su idea era disponer de un complejo que permitiese a los miembros del ejecutivo resguardarse de una gran crisis y coordinar la respuesta del Estado con las fuerzas armadas y demás entes gubernamentales.
La construcción del búnker, motivada en gran parte por el golpe de estado fallido del 23 de febrero de 1981, fue declarada de “secreto oficial” y se calcula que costó en torno a 60 millones de euros, puesto que se desconoce la cifra exacta.