Tal y como ha desvelado recientemente el programa ‘La reina Victoria y el káiser minusválido’ de la cadena británica ‘Canal 4’, el emperador alemán Guillermo II (1859-1941) sentía un amor casi incestuoso por su madre, la princesa Victoria del Reino Unido.
El káiser fue un hombre discapacitado durante toda su vida por un accidente al nacer que le causó una hipotrofia en su brazo izquierdo, algo de lo que culpó durante toda su vida a Gran Bretaña, pues en 1888 llegó a asegurar que «un médico británico incapacitó mi brazo y un médico británico está ahora matando a mi padre» después de que su progenitor Friedrich empezara a sucumbir a un cáncer de garganta.
A este odio por el imperio británico se unía el poco cariño que le profesaba su madre, a la que intentaba agasajar con cartas realmente llamativas.
«He soñado de nuevo contigo, esta vez estábamos solos en tu biblioteca cuando extendiste tus brazos y me tumbaste, entonces te sacaste los guantes y pusiste tus manos delicadamente sobre mis labios para que las besara… me gustaría que hicieras lo mismo cuando estoy en Berlín contigo al anocher» afirmaba Guillermo en uno de sus mensajes para su madre.
Sin embargo, a pesar de este contenido casi erótico su madre Victoria optaba por ignorarlo e incluso le solía corregir todos los erroes gramaticales que leía en las misivas.
Esto pudo provocar, según algunos psiconalistas que aparecen en el citado reportaje, que el káiser Guillermo sintiera especial aversión por la patria de su madre, de forma que no tuvo reparos en favorecer el estallido de la I Guerra Mundial años después, en 1914.
Aunque su fracaso en el conflicto bélico provocó su posterior abdicación y exilio a Holanda, donde falleció en 1941.
(Zolpidem)