La Guerra de Secesión nortamericana transcurrió entre los años 1861 y 1865.
En ella los Estados del Norte (la Unión) se enfrentaron a los del Sur (los Estados Confederados) por tener diferentes políticas en lo referido a la esclavitud y al desarrollo económico de la nación.
Y es que, mientras que el Norte abogaba por abolir la esclavitud de los negros y favorecer la industria, el Sur seguía manteniendo una postura segregacionista en beneficio del campo y el librecambio.
La llegada a la presidencia de Abraham Lincoln enquistó aún más las posiciones de todas las partes y estas diferentes posturas derivaron en una guerra.
Así, mientras el Norte dominaba los recursos de la Marina, el Sur contaba con un buen número de oficiales del Ejército. Tras dos años iniciales en los que los Confederados parecía que ganaban terreno, finalmente la Unión logró bloquear el comercio por mar del Sur, lo que implicó que perdieran el comercio de algodón.
Esto, unido a las victorias en las batallas de Nueva Orleans y Gettysburg provocó que en 1864 el triunfo se empezara a decantar a favor del Norte. Algo que no se proclamó de forma oficial hasta el año siguiente.