El jamaicano Bob Marley falleció el 11 de mayo de 1981 a los 36 años a consecuencia de un cáncer de piel originado en uno de los dedos de sus pies.
A pesar de su enfermedad, el músico no quiso amputarse el dedo afectado, por lo que el melanoma se le acabó por extender por todo el cuerpo y le provocó una muerte prematura.
Sin embargo, antes de irse, Marley quiso darle un sabio consejo a su hijo mayor David ‘Ziggy’ Marley.
Según el joven, las últimas palabras del mito rastafari fueron «el dinero no puede comprar la vida». Y es que el cantante tuvo presente en esos últimos momentos que, a pesar de su éxito y de haber triunfado, nada se pudo hacer ante lo inexorable de su destino.