Normalmente asociamos el sentido del gusto con la lengua, sin embargo, algunos animales han desarrollado algunas modificaciones en su evolución, que les permiten saborear con otras partes. En este caso hablaremos de la mariposa, y de su peculiar forma de percibir el sabor.
Primeramente, se debe saber que las mariposas no tienen lengua, es por ello que, para determinar el sabor, adaptaron las puntas de sus seis largas patas para poder utilizar el sentido del gusto de manera efectiva.
Las patas de las mariposas hacen un excelente trabajo, ya que el insecto dedica solo un par de segundos al análisis de las sensaciones gustativas.
¿Cómo funciona el órgano del gusto de las mariposas?
En la superficie de cada extremidad de una mariposa hay pequeños hoyos, cada uno de los cuales es adecuado para una célula nerviosa.
Al posarse en una flor, la mariposa presiona fuertemente sus patas contra la superficie. El cerebro inmediatamente comienza a recibir señales sobre el contenido de azúcar y otras sustancias dulces en la superficie de los pétalos.
Las mariposas podían usar su probóscide (una parte ubicada en su cabeza) para determinar el sabor, pero este método resultó ser ineficiente. Debido a que es demasiado largo, el insecto debe dar unos pasos hacia el centro de la flor, girar su cabeza y bajarla hasta el fondo. Durante este tiempo, un pájaro o lagarto diestro tendrá tiempo de comerse a la mariposa.
Cuando la mariposa usa sus patas, basta con sentarse en el pétalo más cercano, y de ese modo obtener unas pocas moléculas de néctar. Si el sabor resulta ser delicioso, tiene sentido trabajar duro y obtener más néctar. Si no, el insecto simplemente se irá volando.
¿Todas las mariposas saben utilizar esta técnica?
No es posible saber esto con certeza. Sin embargo, hay algunas especies de mariposas y polillas que comen muy poco o no comen nada. Por ejemplo, una ‘polilla de la ropa’ adulta, vive de las calorías que la oruga ha ganado en su tiempo.
¿Qué sabores les gustan a las mariposas?
El sabor favorito de las mariposas es el néctar dulce. Las plantas que necesitan transferir polen se aprovechan de esto y compiten entre sí para invitar a los golosos a entrar en sus corolas (centro de la flor).
Para que el insecto no se pierda, el néctar desprende un fuerte aroma, que las mariposas sienten desde lejos con sus largas antenas.
Para ellas es atractiva la savia de los árboles, que se eleva en primavera desde las raíces hasta los brotes. Si la corteza está rota o dañada, éstas se quedarán de inmediato pegadas a la superficie para aprovechar su dulce sabor.
La fruta podrida es otra fuente de azúcar líquida que les encanta a las mariposas. Por medio de ésta se alimentan a las mariposas adultas que se crían en cautiverio; por ejemplo, en zoológicos.
La capacidad de determinar instantáneamente el sabor con sus patas les permite no convertirse en presas fáciles. Pero existen medidas de protección más estrictas entre las mariposas, por ejemplo, la imagen de un búho con alas.