Históricamente se le ha dado una connotación negativa a la presencia de gatos con pelaje negro, considerando que presagian mala suerte y eventos negativos.
Resulta que esta “mala fama” se les dio a los gatos negros durante la Edad Media, cuando entraba en auge la creencia de la existencia de brujas y hechiceras que practicaban la magia negra. Lamentablemente, se hizo popular la creencia de que los gatos negros eran sirvientes de las malvadas brujas y que éstas los usaban como medios para desplazarse hasta los sitios donde realizarían sus fechorías.
Esta supuesta transformación que les permitía a las brujas convertirse en felinos negros, causó que se relacionara a los gatos de pelaje negro con una señal de mala suerte, pues se pensaba que indicaban la presencia de brujas en el entorno.
Su capacidad de andar sigilosamente y de ocultarse en las noches oscuras de la época reforzó esta idea, lo cual conllevó a que se crearan historias donde se decía que los gatos negros atacaban a sus víctimas dejándolos ciegos.
Por este motivo, en muchos países de Europa se desató una sangrienta cacería que terminó en el asesinato cruel y despiadado de miles de mujeres inocentes, a quienes se les acusaba de estar relacionadas con prácticas de brujería.
Pero lamentablemente éstas no fueron las únicas víctimas, pues la relación que se les dio a las supuestas brujas con los gatos negros ocasionó que también se iniciara la más grande cacería de estos inocentes felinos, que terminaron sometidos a prácticas despiadadas donde eran asesinados multitudinariamente en actos públicos.
Consecuencias del ataque a los gatos negros
La quema y asesinato masivo de los gatos negros ocasionó que disminuyera significativamente la población de estos animales en las ciudades, lo cual se tradujo en una proliferación masiva de ratas y ratones que posteriormente serían los principales transmisores de una de las peores pandemias de la historia: la peste negra.
Progresivamente la gente percibió que en las localidades donde había mayor cantidad de gatos, la enfermedad se desarrollaba con menor incidencia, por lo que se detuvo la persecución de los gatos negros. Sin embargo, la relación de éstos con la mala suerte se siguió manteniendo por mucho tiempo más.
En la actualidad, no es tan arraigada la idea de que los gatos negros atraen la mala suerte, aunque hay personas supersticiosas que siguen creyendo en que estos felinos presagian eventos negativos y prefieren mantenerse alejados de ellos.