Seguramente te ha pasado que quieres regañar a tu perro por algo que ha hecho mal, y has notado una expresión de ternura que te hace sonreír y que evita que seas severo con él. Pues, aunque no lo creas, los perros han evolucionado en su anatomía para lograr estas expresiones de ‘ojos tristes’ que convencen hasta al más fuerte.
Es bien sabido que los perros son parientes lejanos de los lobos; y se cree que su origen pudo darse como evolución de estos animales, gracias a la domesticación de los primeros lobos que se dio hace alrededor de 30.000 años.
Algunos lobos abandonaron la vida salvaje para dedicarse a una relación permanente con los humanos; y hoy en día los perros y los humanos son los mejores amigos del reino animal. Pero esta cercanía ha propiciado que los perros quieran imitar las emociones faciales humanas.
Pero para expresar tristeza o ternura, se requiere de la intervención de una serie de músculos presentes en el rostro humano, lo cual era una característica inexistente en los lobos. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista líder The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha demostrado que los perros han evolucionado su anatomía facial para lograr expresiones más humanas.
Resultados del estudio científico
Los científicos estudiaron la evolución de la anatomía de los músculos faciales en perros; y encontraron que la expresión física se origina en un músculo ocular fuerte que parece haber evolucionado específicamente para imitar las emociones humanas.
Al examinar una pequeña cantidad de perros y lobos, los científicos descubrieron que este músculo está presente en los perros modernos, pero ausente en sus antepasados los lobos. Para llegar a estas conclusiones, los autores examinaron los músculos de los ojos en seis perros de razas diferentes y cuatro lobos.
Resultó que cinco de cada seis perros tienen músculos gruesos y fuertes que le permiten levantar las cejas intensamente. La única raza que carecía de este músculo era el ‘Siberian Husky’ o Lobo siberiano, que comparte una fuerte afinidad genética con el lobo gris.
Los resultados sugieren que un proceso de selección alentó a los perros domesticados a desarrollar una anatomía facial más humana. Según los investigadores, es probable que estos cambios anatómicos se hayan desarrollado en el proceso de interacción con las personas, ya que una persona prefiere inconscientemente a los perros que pueden imitar las expresiones faciales humanas.
Entonces, la próxima vez que veas esos ‘ojos tristes’, ya sabes que ha sido un esfuerzo de la evolución de las razas para poder comunicarse contigo y expresar sus emociones de una forma que tú puedas entender fácilmente.
