En efecto, habitualmente se recomienda cortar la lechuga con las manos en lugar de con el cuchillo.
La explicación a ello es que el empleo de esta herramienta rompe sus conductos y filamentos y favorece una mayor oxidación de las hojas del vegetal, de manera que la lechuga pierde parte de sus propiedades nutritivas y de su sabor.
De todas formas, actualmente se comercializan algunos utensilios especialmente pensados para cortar las lechugas, por lo que la última decisión siempre quedará en manos del cocinero.
Pregunta formulada por: Mar Marañón Murcia (Granada)