Cabe destacar que cada número es personal e intransferible, lo que conlleva que ni siquiera el fallecimiento de su propietario conlleva su asignación a otra persona.
El Documento Nacional de Identidad (DNI) tiene su origen en un decreto promulgado por el franquismo en el año 1944.
El objetivo era llevar un control de la población, permitiendo la rápida identificación de los ciudadanos ante la autoridad.
Con anterioridad existía una cédula de identidad que se había utilizado durante el siglo XIX, aunque la misma no tenía gran validez por no incluir foto y ser fácilmente falsificable.
De todas formas, no empezó a utilizarse habitualmente hasta 1951, siendo Zaragoza la pionera en expedirlo y los presos y las personas bajo régimen de libertad vigilada los primeros en portarlo para ser controlados mucho más fácilmente.
El portador del número 1 fue Francisco Franco, mientras que la Familia Real tiene asignados los números del 10 al 99 exceptuando el 13, el cual no tiene dueño por superstición.
Además, cabe destacar que cada número es personal e intransferible, lo que conlleva que ni siquiera el fallecimiento de su propietario conlleva su asignación a otra persona.
Su asignación se realiza por lotes a los equipos de expedición, por lo que cada comisaría o equipo móvil cuenta con un margen amplio de números libres, los cuales no son correlativos.
Así, a día de hoy ya se han emitido más de 60 millones de carnés, por lo que aún hay cerca de 40 millones libres hasta llegar a los 99.999.999 números iniciales.