El asedio es una antigua estrategia militar donde un ejército o grupo armado rodea completamente un emplazamiento enemigo para lograr su rendición.
Para llevar un asedio adelante con éxito uno de los mejores aliados es la paciencia, ya que salvo que algún combate permita ganar la plaza asediada, o se abra una puerta de la traición, la estrategia suele ser agotar los recursos de los que están dentro y llevarlos hasta el límite, donde no quede otro camino que rendirse.
En el otro lado, una vía de conexión con el exterior, oculta o inalcanzable para el asediador, puede hacer que la situación se extienda en el tiempo hasta años.
Y puestos a hablar de paciencia y asedios, algunos de los más largos en la historia han sido los siguientes, por orden ascendente de duración:
Bizancio – 3 años, entre el año 193 y el 196. La ciudad apoyaba a Pescenio Níger, rival del emperador Septimio Severo, y este comenzó un asedio contra Bizancio, cuyos muros tenían fama de inexpugnables. El emperador acabó venciendo y saqueando la ciudad.
Sarajevo – 4 años, de 1992 a 1996. En la guerra de Yugoslavia, que muchos recordamos porque la vimos en las noticias día a día y en la que es posible incluso que alguno de ustedes tuviera presencia directa, Sarajevo era la capital bosnia y el Ejército Popular Yugoslavo mantuvo un asedio durísimo y prolongado. Además, en estas guerras modernas los bombardeos y las armas convierten todo en mucho más letal.
Xiangyang – 6 años, entre 1267 y 1273. El lugar, una de las poblaciones más grandes durante la dinastía Song, fue asediado por el famoso Kublai Khan, emperador mongol de la dinastía Yuan. El invasor mongol acabó tomándola, lo que aceleró su conquista de los territorios chinos.
Ishiyama Hongangi – 10 años, del año 1570 al 1580. En este templo budista convertido en fortaleza, los opositores al gobierno se agruparon para resistir un buen número de años hasta que el daimyo Oda Nobunaga venció y convenció a los asediados para que se rindieran.
Candía (Creta) – 21 años, desde el año 1648 al 1669. El sitio de Candía, es decir, Creta, es posiblemente el más largo de la historia y lo sufrieron caballeros de la Orden de Malta, venecianos y franceses, que resistieron durante décadas las embestidas de los otomanos.