Siempre hemos escuchado que la extinción de los dinosaurios fue causada por el impacto de un meteorito, pero recientemente se han realizado estudios que demuestran que no fue un asteroide el causante, sino un fragmento de un cometa que chocó contra la Tierra…
Se estima que este impacto se produjo hace más de 66 millones de años frente la costa de México, cuando el “Impactador de Chicxulub”, como se le conoce al supuesto asteroide, cayó con un ángulo de entre 45 a 60 grados en relación a la superficie de la Tierra, lo cual contribuyó a la liberación de rocas y gases mortales.
Se liberaron miles de millones de toneladas de azufre en la atmósfera generando una barrera de luz solar que ocasionó el inicio de un invierno nuclear que mató tanto a los dinosaurios y a otras especies de animales y plantas.
Es impresionante conocer que en el lugar de impacto se creó un cráter que cuenta con 20 kilómetros de profundidad y abarca unos 150 kilómetros.
Gracias a una simulación, se cuenta con una teoría que demuestra las dimensiones aproximadas del fragmento del cometa.
Se presume que éste tenía 17 kilómetros de diámetro, una densidad de 2.630 kilogramos por metro cúbico y una velocidad aproximada de 20 kilómetros por segundo.
Sin embargo, conocer de dónde vino es una de las principales incógnitas, hasta ahora.
Teoría del origen del fragmento del comenta
Un equipo de investigadores de Harvard ha estado haciendo múltiples estudios y creen tener una teoría con muy buenas bases.
Tras varios análisis estadísticos y simulaciones gravitacionales, concluyen que fue un fragmento de un cometa lanzado desde Júpiter.
Dicho fragmento provenía de la nube de Oort, la cual es una esfera que está compuesta por fragmentos de rocas, hielo y desechos, donde el cometa se desvió de su curso por el campo gravitacional de Júpiter, lo que generó una trayectoria en dirección al sol.
Otro factor que refuerza esta nueva teoría es que al verificar la composición de los sedimentos del cráter del Chicxulub se pudo determinar que el objeto que se estrelló allí contenía condrita carbonácea, un mineral que se encuentra presente en abundantes cometas.
De este modo se descarta la teoría previa, en la que se creía que el asteroide pertenecía al cinturón de astroides que está ubicado entre la órbita de Júpiter y Marte, ya que se estima que solo un pequeño porcentaje de ellos poseen este tipo de composición.