El genial actor Al Pacino debe una gran parte de su éxito profesional a la trilogía ‘El Padrino’.
Gracias a la primera película de 1972 el actor logró hacerse un nombre entre los mejores intérpretes de Hollywood, por lo que a partir de ese momento su caché empezó a subir como la espuma.
Al año siguiente no dudó en rodar la segunda parte de la famosa saga, pero los problemas llegaron cuando en el año 1990 recibió la propuesta para completar la historia de Michael Corleone y su familia.
Por entonces Al Pacino ya era una estrella consolidada del cine, por lo que se descolgó pidiendo 7 millones de dólares por protagonizar el filme.
Sus exigencias no sentaron nada bien al director Francis Ford Coppola, quien incluso llegó a plantear al actor la posibilidad de cambiar el guión para que el comienzo de la película fuera el funeral de su personaje, el de Michael Corleone.
Pero por fortuna, la ‘amenaza’ surtió su efecto y ambas partes llegaron a un acuerdo para que Al Pacino volviera a dar vida al mafioso a cambio de la nada despreciable cifra de 5 millones de dólares.
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