Esta es una pregunta que Alan Turing, padre de la computación moderna, se hizo hace más de 60 años. Para contestarla planteó un desafío, según el cual un juez se sitúa en una habitación, mientras que en otra hay una persona y una máquina.
La misión del primero será descubrir mediante preguntas quién es el humano y quién la máquina, estando permitida la mentira en las respuestas.
La idea que subyace del experimento es que si los dos jugadores demuestran ser lo suficientemente hábiles, el juez será incapaz de distinguir cuál de los dos es la mente electrónica.
Pues bien, el pasado mes de junio se logró un hito histórico en esta prueba, pues el test fue aprobado por primera vez.
Lo logró la supercomputadora Eugene Gootman en una sesión llevada a cabo en la Real Sociedad de Londres.
La misma había sido diseñada por Vladimir Vesselov y Eugene Demchenko y simulaba el comportamiento de un niño de 13 años.
En este caso el jurado tuvo un par de conversaciones simultáneas por chat, tanto con una persona como con el programa informático, distribuidas en varias series.
Para que la máquina superara la prueba los jueces tenían que confundirla con un humano más del 30% de las veces, lo que sucedió en un 33% de las ocasiones.
Así, este resultado demuestra que poco a poco las computadoras están próximas a alcanzar una inteligencia artificial que las acabe haciendo indistinguibles de las personas.
Empleando los datos estadísticos, hemos elegido para ti el Top de los artículos más populares entre nuestros usuarios recurrentes en la categoría Ciencia.