Una historia hasta cierto punto normal si no fuera porque ahora es capaz de ver después de haber sido sometido a una increíble operación en la que se le ha hecho un implante ocular creado gracias a uno de sus dientes.
Sí, como suena. Primero le quitaron uno de sus dientes y parte del hueso de la mandíbula. Posteriormente los doctores introdujeron una lentilla especial dentro del diente y se lo colocaron en uno de sus ojos dañados, de forma que el propio diente permitió que crecieran tejidos y vasos sanguíneos en el globo ocular.
Se podría decir que el diente ha servido como ‘marco’ para soportar la lente, de manera que ahora Tibbets ha recuperado un 40% de la visión que tenía antes del accidente.
Así este hombre ya ha podido ver a sus hijos pequeños y asegura que «son totalmente diferentes a como los había imaginado en mi mente. Aunque solo los veo como formas, así que tengo que aprender a reconocerlos por sus voces».