En pleno siglo XXI la tecnología ha provocado que el riesgo de ataque entre países sea más que patente.
Por ello, la administración de G.W. Bush implementó en el año 2000 un programa militar llamado ‘Escudo Antimisiles’ (ABM) o ‘Defensa Nacional de Misiles’ diseñado para interceptar misiles enemigos antes de que lleguen a su destino.
En sus inicios se utilizaron misiles Spirit para este programa, aunque en los últimos años ya no se emplean cabezas explosivas, sino proyectiles con energía cinética.
Solo Rusia y EE.UU han desarrollado hasta el momento sistemas de este tipo, aunque el país europeo ya ha mostrado su rechazo a que el gobierno estadounidense instale estos escudos en el Viejo Continente.
De todas formas, la administración de Obama ya ha señalado que en el futuro va a priorizar la colocación de este sistema en Alaska, con el fin de aumentar sus defensas ante un hipotético ataque nuclear norcoreano.
Esto no impedirá que, según la OTAN, todos sus países tengan esta protección para el año 2018.
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