El escritor Fernando Sánchez Dragó nunca ha tenido problema en hablar sobre su sexualidad sin tapujos.
El madrileño afirma ser un conocedor de las artes del llamado sexo tántrico e incluso no ha tenido reparos en admitir que durante la treintenta tuvo experiencias homosexuales por «tener el impulso de ser mujer para experimentar lo que ellas experimentan durante el coito».
Sin embargo, su anécdota sexual más sorprendente es la que la escritora Rosell Amills publicó en su libro titulado ‘Las 1.001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia’.
Según lo expuesto ahí, Dragó ha afirmado haber hecho el amor detrás de un confesionario en la Catedral de Sigüenza, además de en el ferry Algeciras-Tánger o en la barra de un bar de Torremolinos.
Aunque el propio escritor asegura que «el peor polvo de mi vida lo eché con una persona conocidísima. No fue culpa de ella o mía, pero se produjo en una situación muy pintoresca». (alprazolam)
Pero, eso sí, no ha querido dar el nombre de la otra persona por respeto hacia ella.
