Uno de los signos más distintivos de los gatos son sus grandes bigotes.
Aunque a priori pueden parecer un simple adorno natural, la realidad es que también cumplen con tres funciones muy importantes para estos animales.
En primer lugar les son básicos para orientarse, pues estos bigotes poseen gran cantidad de terminaciones nerviosas y de vasos sanguíneos que les permiten apreciar cualquier variación que se produzca en el entorno.
Además, les sirven como instrumento de medida, ya que pueden calcular los tamaños y las proporciones del entorno a partir de ellos.
Y, finalmente, les son útiles para mostrar sus estados de ánimo, ya que indican si el animal está feliz, tranquilo, relajado…
Por ello, es recomendable no tocárselos o cortárselos, pues en el caso de no disponer de ellos el gato incluso podría tener problemas para desplazarse y para mantener el equilibrio.