Se trata de una infección muy molesta que puede rebrotar.
Quien haya padecido del virus del herpes sabrá lo doloroso y molesto que es este problema.
De hecho, una de sus peores características es que se trata de una infección que infecta a la persona de por vida, pues tiene la capacidad de permanecer latente en el organismo y permanecer ‘agazapado’ en los ganglios a la espera de volver a rebrotar en un momento dado.
Normalmente sus formas más frecuentes son el herpes oral (contagiado por un beso) o el herpes genital (consecuencia del contacto sexual).
Todo ello hace que algunas personas que estén infectadas por este virus ni lo sepan.
Normalmente sus síntomas son similares al de la gripe: fiebre, cansancio, dolores de cabeza y de músculos, ganglios inflamados, ampollas en las zonas afectadas, etc. Y las personas más propensas a sufrirlo son las que están sometidas a un gran estrés emocional, aunque también la radiación solar, los cambios bruscos de temperatura o las pequeñas heridas pueden hacer que aparezcan o rebroten.
De ahí que quien haya padecido con anterioridad este problema deba tener cuidado para no volver a sufrirlo.
(Tramadol)