Te contamos cuál fue el origen de este edulcorante poco calórico.
La sacarina, conocida en la industria alimentaria con el código E-954, es un edulcorante poco calórico basado en sal sódica que suele usarse en disolución acuosa.
Es muy resistente al calentamiento y a medios ácidos, por lo que se usa a menudo en productos dietéticos y para diabéticos.
La descubrieron en 1878 Ira Remsen y Constantin Fahlberg, investigadores de la universidad Johns Hopkins de Nueva York, mientras hacían experimentos con carbón de hulla.