Para empezar hay que decir que esta afirmación responde más bien a un mito que a una realidad.
Y es que los estudios realizados hasta el momento no han logrado demostrar que sea cierta, ya que estadísticamente la tostada cae sobre sus caras de manera similar. Ni siquiera la idea de que la mantequilla modifica el centro de gravedad de la tostada parece tener algún tipo de efecto e influencia en la caída. De hecho, en este proceso intervienen muchos factores como el rozamiento del aire, el peso de la tostada y de la mermelada, la forma y ángulo de la caída en su inicio…
Por lo tanto, esta expresión tiene su origen más bien en que ha surgido como paradigma clásico de la llamada ‘Ley de Murphy’, la cual viene a afirmar que, si algo malo puede suceder, sucederá. Y es que, si se da el caso de que la tostada cae por el lado de la mantequilla, siempre nos acordaremos de ello. Pero si no es así, nadie acudirá a explicar el fenómeno en base a esta teoría.
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