Los aficionados al cine están acostumbrados a ver al actor Harrison Ford acompañado de su característica cicactriz.
Sin embargo, lo que pocos saben es que el norteamericano se la hizo a los 26 años a consecuencia de un accidente de coche.
En 1968 conducía su vehículo y, al tratar de abrocharse el cinturón de seguridad, perdió el control del mismo y acabó estrellándose contra un poste.
Por fortuna logró sobrevivir, aunque quedó marcado de por vida con esta cicatriz.
De hecho, la misma es tan famosa que incluso los guionistas han tratado en ocasiones de darle explicación en algunas películas.
Como por ejemplo, en ‘Indiana Jones y la Última Cruzada’, filme en el que se narra su percance de joven con un látigo.
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