Uno de los pocos jugadores del Real Madrid que hizo un gran partido contra el Eibar fue Gareth Bale. El crack del Real Madrid resolvió a la perfección todas las acciones que protagonizó. Anotó el tanto del empate al rematar un gran centro de Cristiano Ronaldo, y estuvo muy cerca de marcar el gol de la remontada con un espléndido cabezazo que repelió el palo.
El extremo galés del Real Madrid se puso el equipo a la espalda y fue el hombre que más peligro generó en la portería defendida por Riesgo. Con el cambio de Morata por Benzema, el Real Madrid ganó mucha presencia ofensiva. El canterano del Real Madrid logró marcar en una de las pocas ocasiones de que dispuso, pero el linier anuló el gol por un riguroso fuera de juego.
La conexión CR7-Bale funciona a la perfección, y seguro que su gran entendimiento en el terreno de juego hará que muy pronto vuelvan los grandes triunfos blancos.
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