Sí, y no solo eso, sino también ganar unos Juegos Olímpicos. El hombre que lo logró fue el etíope Abebe Bikila (1932-1973), quien logró el oro de los JJ.OO de Roma’60. Ese día decidió correr descalzo después de comprobar que las zapatillas que le había dado el patrocinador olímpico no le resultaban cómodas.
Lejos de verse perjudicado por el hecho de correr en desventaja, el atleta batió en el último tramo a su rival, el marroquí Rhadi Ben Abdesselam y logró el récord mundial con una marca de 2 horas, 15 minutos y 16 segundos. Cuatro años después volvería a repetir su hazaña en Tokio’64, aunque en esta ocasión lo hizo con zapatillas. Desde entonces muchas personas le han emulado, aunque sin tanto éxito.
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