Descubrir un tesoro es un sueño de millones de personas. Se calcula que hay más de 20.000 barcos hundidos que pueden albergar importantes restos con mayor o menor valor económico e histórico. Esta cifra, afirman, se multiplica fácilmente por 100 si se incluyen aquellos que están enterrados en tierra.
A diferencia de lo que vemos en las películas norteamericanas, la propiedad de estos hallazgos no pasa automáticamente a su descubridor. Es más, quedarse con algún objeto u ocultar su existencia a las autoridades puede acarrear graves problemas legales.
Según la ley, cualquier hallazgo debe ser comunicado inmediatamente a las autoridades, contactando con la Policía Nacional o la Guardia Civil.
Además, es importante no modificar el entorno en que ha aparecido el objeto, para evitar posibles alteraciones. Por ejemplo, si el tesoro está semienterrado, es importante dejarlo como está, ya que podría sufrir daños al retirar tierra que puede llevar siglos encima.
A pesar de que el tesoro pasaría a formar parte del Patrimonio Histórico, quien encuentra objetos de este tipo también tiene derecho a una recompensa. Según la ley, deben recibir el equivalente a la mitad del valor de tasación de la pieza, cantidad que, en su caso, deberán repartir con el propietario del terreno.
No comunicar el hallazgo o expoliar elementos de yacimientos identificados estar penado con prisión de seis meses a tres años y con multas de entre 150.000€ y 600.000€.
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