Rascarse es prácticamente un movimiento instintivo que cualquier persona hace decenas de veces en un solo día.
Al sentir esa sensación de cosquilleo en cualquier parte de nuestra piel automáticamente llevamos una de las manos para rascarla, lo cual automáticamente produce una sensación de alivio.
Según el profesor de farmacología de la Universidad Rey Juan Carlos Carlos Goicoechea este proceso se inicia cuando «algunas células del sistema inmune liberan algunas sustancias (como la histamina).
Esto produce el picor, pues el sistema nervioso interpreta estos estímulos como una agresión y activa este sistema de alarma
El origen de estos picores pueden ser muy variados, desde roce con la ropa, el uso de algunos fármacos, la presencia en el ambiente de alguna sustancia que nos produce alergia, etc. Incluso también se puede experimentar esta sensación en situaciones de estrés, miedo o ansiedad.
Y es que un estudio realizado en 2007 por la Universidad de Washington desveló que existen neuronas específicas para el picor.
Es decir, que hay células nerviosas que gestionan exclusivamente esta molesta sensación.
Aunque por suerte la solución es fácil, pues basta con rascarse para conseguir una instantánea sensación de alivio.
Y es que este gesto no es más que una reacción defensiva del organismo que activa las fibras mecánicas.
Así, es un estímulo que comparte las rutas del picor, por lo que al efectuarse evita que esta molestia se siga transmitiendo a la médula espinal y, por tanto, siga llegando hasta el cerebro.
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