Se aprecia que los bebés lloran más por las noches cuando alcanzan los seis meses de edad.
Todo padre sabe que los primeros meses de vida son especialmente duros.
En esta etapa de crecimiento del bebé no suele ser fácil conciliar el sueño por las noches, ya que los pequeños acostumbran a llorar de madrugada para precisar de atención.
En principio se podría pensar que los pequeños se comportan así por hambre, miedo o simple incomodidad, pero un reciente estudio elaborado por la Universidad de Harvard ha añadido otra razón de peso que lleva a los críos a llamar la atención de sus padres.
Según esta teoría, los bebés ‘molestan’ a sus progenitores para evitar que nazca un hermano.
La explicación es que la competencia fraternal incrementa el riesgo de mortalidad, al menos de forma natural, ya que los padres pasan a atender menos a su primer hijo si tras él llega un nuevo niño.
En consecuencia, esto no es más que un mecanismo biológico de supervivencia que, según los científicos, tiene el fin de incrementar la lactancia materna.
Y es que ésta actúa como un anticonceptivo y dificulta la gestación de un nuevo hijo por parte de la mujer, de forma que se aprecia que los bebés lloran más por las noches cuando alcanzan los seis meses de edad, justo en el momento en el que las madres reducen su amamantamiento y empiezan a recuperar su fertilidad.
(Tramadol)
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