La tanatopraxia o tanatoestética es una labor básica para que la despedida de un ser querido que acaba de morir se realice en unas óptimas condiciones.
Estos especialistas son los encargados de maquillar a los difuntos para que luzcan el aspecto más parecido posible al que tenían en vida, por lo que es una profesión que a primera vista no parece muy sencilla de llevar a cabo.
Sin embargo, es una dedicación que no está nada mal pagada, pues en una entrevista el tanatopraxista Cristian Ruiz asegura que en su caso es un empleo que se paga a «1.700 euros al mes».
Ruiz define su trabajo como «el conjunto de técnicas que conservan el cadáver de forma temporal o definitiva.
Y también se desinfecta el cuerpo, que es lo que acelera la descomposición. Es mejor para las familias porque se van con una última imagen más parecida a cómo era en vida el fallecido».
Además, nuestro protagonista asegura que una de sus ventajas es que se trata de un trabajo «fijo», de forma que normalmente su puesto no corre peligro.
Aunque, por contra, «Canadá y Francia son los dos únicos países que conceden el título de tanatopractor. Yo lo saqué por el IFT (Instituto Francés de Tanatopraxia)».
Así ahora asegura ser feliz con su labor, e incluso reconoce que él mismo adecentó a su abuelo cuando falleció: «me lo tomé de forma natural, mientras lo hacía le hablaba» recuerda.
Pregunta formulada por: Julio Poza García (Islas Canarias)
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